Llegó un mágico momento en el que di un salto, creo fue mi primer salto de fe. 💕 Y es que había permanecido dormida, caminaba como zombi, sin saber realmente a dónde quería ir creyendo que lo sabía, me miraba en espejo y no me reconocía, aunque veía mis chinos, mi rostro y mi cuerpo, ya no estaba más ahí. 👩🏼‍🦱 El enojo, la tristeza, la frustración, ansiedad, se habían convertido en parte de mi día a día. 😶 Y todo al rededor parecía tan perfecto, pero no, yo no era esa perfección que había puesto en todo mi entorno, yo no era esas expectativas, esos logros o ese y vivieron felices para siempre que me habían contado. Yo era algo más, yo no estaba ahí, entre pensamientos vacíos, el pasado tan presente y el futuro siempre pisándome los talones. Pfff que desgastante era «vivir». 💫

Pero sabes… siempre hay algo más,  una parte de mi sabia que ese algo más existía que la vida no se trataba de eso que elegía. Que las sonrisas podrían ser genuinas y que el amor, ese amor que me mantuvo viva, ese amor del que he vivido enamorada, si lo reconocía tal cual es y me permitía serlo, simplemente ser ese amor, traería más de una respuesta a ese algo más que buscaba, ese amor de mi para mi me hizo regresar a la vida, a realmente vivir, disfrutar, ser y estar. 🦋🌷 Ese algo más estaba tomando forma y sigue tomando forma cada día, a cada suspiro, a cada paso, a cada sonrisa, cada maravilloso día que abrazo con este amor que me lleva de la mano a amar, simplemente amar.